Siempre hay un tiempo para marchar aunque no haya sitio a donde ir
martes, 22 de abril de 2014
lunes, 21 de abril de 2014
Pensamiento
Lo crucial no es lo que nos pasa, sino lo que pensamos en cada momento. El pensamiento es previo a la emoción, y ese pensamiento es el que nos hace sentirnos bien o mal.
Mª Jesús Álava
domingo, 20 de abril de 2014
miércoles, 16 de abril de 2014
Conjuro
Si nos aman sea en buena hora; a aquellos que no nos aman, que Dios cambie los sentimientos de sus corazones; y si no, que les tuerza los tobillos, para que los reconozcamos al verlos cojear.
Conjuro irlandes
Para amarse
Para comprenderse mutuamente es necesario parecerse un poco. Para amarse, es preciso ser algo diferente.
Paul Geraldy
Cretinos
Un cretino, es un cretino.
Dos cretinos, son dos cretinos.
Diez mil cretinos, son un partido político...
Kafka.
Entendimiento
Incomodidad, impaciencia, incomprensión, cansancio y, por fin, la fascinación de un profundo entendimiento.
Simones de Beauvoir
martes, 15 de abril de 2014
Caer bien
No soy monedita de oro pa caerles bien a todos. Así nací y así soy, si no me quieren, ni modo.
(Canción mexicana)
Enfermedad
La enfermedad es a menudo, para los débiles, un medio para vencer.
André Maurois
Auto imagen: André Brito
Perdón
Perdona siempre a tu enemigo, no hay nada que le enfurezca más.
Oscar Wilde
Autor imagen: Jorris Martinez
Imaginación
La imaginación consuela a los hombres de lo que no pueden ser. El humor los consuela de lo que son.
Winston Churchill
lunes, 14 de abril de 2014
Amor duradero
Los amores más duraderos son aquellos en que uno de los dos amantes es extraordinariamente celoso.
Mariano José de Larra
domingo, 13 de abril de 2014
Preparando
Cada cosa que ha ocurrido en tu vida te está preparando para un momento que está por venir.
Desconocido
sábado, 12 de abril de 2014
Duda
No olvides, hijo mío, que la única certidumbre que existe en el mundo es la duda
Mariano José Vázquez Alonso
domingo, 6 de abril de 2014
Observa
OBSERVA en tu camino
la distancia vencida y
nunca lo que falte todavía...
GUARDA de tu mirar
los brillos de alegría y
nunca las nieblas de tristezas...
RETÉN de tu voz
carcajadas y canciones
y nunca los gemidos dolorosos...
CONSERVA en tus oídos
las palabras de amor
y nunca las de odio...
GRABA en tus pupilas
el nacer de las auroras
y nunca tus ponientes lastimosos...
CONSERVA en tu rostro
las líneas de las sonrisas y
nunca los surcos de tu llanto...
CUENTA a los hombres
el azul de tus primaveras y
nunca las tempestades del verano...
GUARDA en tus mejillas
solo las caricias disfrutadas,
olvida las bofetadas recibidas...
CONSERVA de tus pies
los pasos rectos y puros,
olvida los caminos equivocados...
RECUERDA con placer tus escaladas,
olvida las desilusiones del descenso...
RECUERDA los días
en que fuiste agua limpia,
olvida las horas
en que te sentiste pantano...
CUENTA y muestra
las medallas de tus victorias,
olvida las cicatrices de las derrotas...
MIRA de frente el Sol que existe en tu vida,
ignora la sombra que queda atrás...
Desconocido
sábado, 5 de abril de 2014
viernes, 4 de abril de 2014
lunes, 31 de marzo de 2014
Quiere ahora, no mañana
La mayoría de nosotros vive pensando que esto será eterno. Que somos inmortales y que las desgracias solo le pasan al de al lado. Vivimos inmersos en una ignorancia que nos hace débiles y solo lamentamos lo ocurrido cuando ya es demasiado tarde.
Y es que…
Tenemos la mala costumbre de dejar para luego, de reír poco y de querer hacerlo mañana. Tenemos la mala costumbre de echar de menos, en lugar de hacerlo de más. La mala costumbre de usar los luegos y no los ahoras. Luego te llamo, luego te escribo, luego te contesto, luego nos vemos. Y obviamente nunca llamó, nunca escribió, nunca contestó y nunca fue visto. Tenemos la mala costumbre de querer tarde. De valorar tarde. De pedir perdón demasiado pronto. Debería haber un número máximo de perdones. Perdonar nos hace grandes, de acuerdo, pero cuando tienes que perdonar todos los días, al final un lo siento se convierte en el comodín de cualquier pretexto injustificado, innecesario e inmerecido. Tenemos la mala costumbre de defender al malo y descuidar al bueno. De contar mentiras tra la rá y de tener que hacer un máster para descubrir verdades. Mantenemos en nuestra vida “amigos” porque sí y llenamos nuestras agendas de compromisos a los que realmente no queremos ir. Tenemos la mala costumbre de sentirnos mal por decir no y de creernos mejores por decir si.
Tenemos la mala costumbre de esperar a un cáncer, a una mala noticia o a una llamada de que alguien querido se nos fue, para tomar las riendas de nuestra vida y empezar a apreciar cada puesta de sol, cada mañana que te levantas de la cama y cada luna que abrazas en tu almohada. Tenemos la mala costumbre de usar el descuido a diario, olvidando que los pequeños detalles importan, que los pequeños detalles construyen grandes caminos y que cada lunes, puede ser el mejor día de la semana. Tenemos la mala costumbre de quejarnos por todo, de culpar siempre al otro porque claro, tú eres un ser perfecto y nunca, nunca, haces nada. Siempre es la parte contraria. Decimos muy pocos te quieros y hacerlo por primera vez es como “buf que va, no vaya a ser que se asuste”. ¿Asustarse de qué? ¿Cómo una persona puede asustarse porque alguien le quiera?.
Asústate si algún día te vas a la cama sin sentir que quieres a otra persona.
Asústate el día que te vayas a dormir sin decirle a esa persona lo importante que es para ti.
Asústate cuando no le des besos a tu madre y a tu padre.
Asústate cuando seas incapaz de abrazar a alguien y sentir esa sensación tan extraordinaria que producen los abrazos.
Asústate cuando las defensas de tu cuerpo se hayan vuelto inmunes al dolor ajeno.
Y cuando veas una injusticia y no hagas absolutamente nada para remediarlo.
Asústate cuando pases un solo día sin ayudar a alguien.
Asústate de verdad, porque créeme. Estás muerto.
Y es que…
Tenemos la mala costumbre de trabajar demasiado, de cargar con una mochila llena de cosas innecesarias y de comer más de lo que nuestro cuerpo necesita. Tenemos la mala costumbre de creernos mejores que los demás, de bailar poco, fumar mucho y respirar a medias. Tenemos la mala costumbre de ir caminando por las calles de nuestra ciudad mirando al suelo, o a nuestro teléfono móvil. ¿Alguna vez te has dado cuenta de lo bonitos que son los edificios de esas calles por las que pasas a diario? Por no hablar de la luz de las estrellas.
Tenemos la mala costumbre de empezar el gimnasio la semana que viene. De cuidarnos cuando ya es demasiado tarde y de tomar vitaminas cuando estamos enfermos. Tenemos la mala costumbre de creer que el pelo de aquella es mejor que el nuestro. Que su suerte es nuestra desdicha y de compararnos como si fuésemos presa de alguien que busca en comparadores de Internet. Tenemos la mala costumbre de medirnos por nuestros estudios o por nuestra altura. De confundir la belleza con la delgadez y de creernos que no somos capaces de conseguirlo, porque alguien una vez así, nos lo hizo creer. Y no fue nadie más que tú mismo.
Tenemos la mala costumbre de apuntarnos a clases de idiomas, cuando ni siquiera dominamos el nuestro. De querer conocer mundo y viajar lo más lejos posible cuando aún, nos quedan lugares maravillosos por descubrir en nuestra propia tierra. Tenemos la mala costumbre de comer animales, de contaminar el mundo y de lavar la ropa en vez de nuestras conciencias. Tenemos la mala costumbre de escuchar poco y hablar demasiado. De dar consejos y juicios de valor sin ser conscientes del poder que pueden llegar a tener nuestras palabras. Dejamos demasiado pronto y tenemos muy poca paciencia. Objetos de usar y tirar, sin importarnos lo más mínimo su destino. Tenemos la mala costumbre de creernos que lo sabemos todo. Cuando realmente, no tenemos idea de nada.
Wasapeamos mucho,
dormimos demasiado
y follamos poco.
Nos pasamos media vida o vida entera, soñando esa vida perfecta que nos gustaría tener. Cuando somos ajenos a que realmente la vida perfecta es ahora. Es cada momento, cada instante de los segundos que marca el reloj de tus días. Es cada oportunidad, cada sonrisa, cada beso y cada vez que te enamoras. ¡ENAMORÉMONOS TODOS LOS DÍAS DE NUESTRA VIDA! No pongas barreras a tu corazón y deja los prejuicios para aquellos que llevan el cartel de cobarde escrito en tinta permanente. Ni con disolvente se va.
Empieza a acostumbrarte a esta vida que a veces es dura. Terriblemente dura. Pero no te lamentes ni te vayas nunca a la cama habiendo hecho daño alguien. Habiendo dejado para luego esos ahoras que nunca llegaron. No habiendo cumplido ese sueño que tanto querías, no habiendo hecho unos kilómetros de más ese día porque tu cuerpo estaba cansado. No permitas que alguien fallezca para luego recordarlo y decirle mirando su foto, cuánto le querías. No dejes que la rutina o la sensación de eternidad descuide lo verdaderamente importante de tu vida.
En definitiva, no dejes que la mala costumbre sea la invitada de honor en los días que te quedan por vivir a partir de hoy.
Quiere ahora, no mañana.
Cogido del blog : El rincón de Florecienta.
domingo, 30 de marzo de 2014
Cuando estaba enamorado
Juan Carlos Benitez
Autor imagen: Bruno Dayanserlin
sábado, 29 de marzo de 2014
viernes, 28 de marzo de 2014
Juzgar
Casi nunca juzgamos a los demás, sino que juzgamos nuestras propias facultades en los otros
Charles A. Sainte-Beuve
miércoles, 26 de marzo de 2014
Te echo de menos
Dicen que los huesos de la tierra recuerdan los pies que anduvieron sobre ellos, si esos pies pertenecieron a un gran espíritu. Yo sé que las piedras del Norte, recuerdan tu silenciosa pisada en su piedra de mármol y todavía la cantan al llegar el alba. Sé que allí escucharé tus pasos. Te echo de menos. Te echo tanto de menos todavía...
El lenguaje secreto del Jin-S'hei
El lenguaje secreto del Jin-S'hei
Decisiones
El peso de nuestras decisiones es inmenso, su amplitud infinita, como la de un océano cuyas olas superficiales esconden y desvelan los profundos movimientos del fondo. Pero en la ola que me lleva, mis movimientos me pertenecen; aunque termine vencida, nada podrá impedir que el breve instante en el que he luchado por triunfar sea enteramente mío, y no de unas fuerzas insensibles.
El universo puede aplastarme, pero no lo sabe. Y una victoria sobre él es infinita, porque pienso, porque deseo.
Simone de Beauvoir
martes, 25 de marzo de 2014
Todos los días...
Todos los días camina 10 kilómetros desde su pueblo hasta Sofía donde se pasa el día pidiendo limosna.
Hace poco que se descubrió que él ha donado hasta el último centavo que ha recogido (más de 40.000 euros) para destinarlos a orfanatos y otros servicios sociales.
Mientras un puñado de poderosos psicópatas indolentes en el poder político, religioso, legal y económico utilizan su influencia y posición para someter, controlar,manipular, engañar y empobrecer a millones ,también hay un puñado de seres humanos con corazón y empáticos que se entregan sin condiciones al servicio del prójimo en desventaja.
Fuente: Mundo Desconocido.
Por qué...
"Por qué se me vendrá todo el amor de golpe cuando me siento triste, y te siento lejana ..."
Pablo Neruda
domingo, 23 de marzo de 2014
El hombre...
En el momento mismo en que el espíritu creador del hombre se despegó incluso de la necesidad primaria para producir sus lucubraciones, nacieron las grandes Artes: la Poesía, la Danza, la Música y la Pintura.
Considero a la Arquitectura, como a la Gastronomía, un añadido inútil a una necesidad «primaria». La Danza en cierto modo, también tiene este lastre, pero se aleja más de la necesidad. Es… ¿cómo explicarme?, una… una… ¡una mímica sublimada! ¡eso es lo que quería decir! Tal vez la Danza sea anterior al lenguaje y tuviera en sus orígenes una intencionalidad práctica: con carga erótica, reverencial o religiosa. ¡Yo no estaba allí, y no se qué «intencionalidad» tenía! Pero no hay duda de que encerraba «un propósito», encaminado a la consecución de un fin. No sé si me explico, pero la intencionalidad es algo muy superior a la «necesidad primaria». Está ya directamente relacionada con el juicio y la voluntad. «Quiero esto y voy a demostrarlo con gestos y ademanes rítmicos.» ¡Y la Humanidad se puso a danzar! ¡De ahí a la Paulova o a Nureyev no había más que un paso! La Pintura pertenece a un género superior. ¡Es más inútil todavía! Tiene un lejanísimo parentesco con la escritura ideográfica, mas una vez añadida su carga de inutilidad, la distancia entre lo necesario y lo que no sirve para nada, se hace tan grande, que la considero entre las primeras de las Artes Mayores.
La poesía es paralela en méritos a la Pintura, aunque un tanto más inútil todavía. ¿Qué quiere decir, o para qué sirve decir:
Mi corazón, como una sierpe
se ha desprendido de su piel,
y aquí la miro entre mis dedos
llena de heridas y de miel?
Ni el corazón tiene una piel como la de las serpientes que se la cambian cada temporada como las modas de las mujeres, ni los ofidios ni el corazón acostumbran a impregnarse del zumo de las abejas; ni hay hombre que pueda contemplar víscera tan delicada entre las manos: pues si estuviese vivo moriría en el intento; y si muerto, no podría contemplarla. ¡Y sin embargo este poemilla de García Lorca es arte puro!
»Queda, por último, la Música. ¿Qué mayor inutilidad que unir unos ruidos con otros ruidos que no expresan directamente nada y que pueden ser interpretados de mil distintas maneras según el estado de ánimo de quien los escuche? ¿A quién alimenta eso? ¿A quién abriga? ¿A quién cobija? ¡A nadie! La Música es la más inútil, biológicamente hablando, de todas las Artes y, por ello, por su pavorosa y radical inutilidad, es la más grande de todas ellas; la menos irracional, la más intelectual, la más espiritual, la más humana, en tanto que esto signifique superación de los seres inferiores. Porque lo cierto es que hay quien entiende, ¡equivocadamente, claro está!, por «humano…».
Torcuato Luca de Tena
Decisivo
Todo está en nuestras manos, cada momento es intenso e insoportablemente decisivo, que en eso radica la libertad.
Simone de Beauvoir
sábado, 22 de marzo de 2014
No es una opción
Desconocido
viernes, 21 de marzo de 2014
jueves, 20 de marzo de 2014
Paciencia
Es la cualidad que nos ayuda a esperar, entender y tener esperanzas.
A veces parece quedar olvidada en un mundo que avanza a doble velocidad.
La paciencia significa mantener la serenidad y la contemplación frente a las desilusiones y los fracasos.
No obstante, queremos acción, queremos soluciones, queremos respuestas. Y queremos que lleguen inmediatamente. Esta filosofía es la responsable de juicios apresurados, que causan mucho dolor y desesperación innecesarios.
En el amor, las respuestas más importantes llevan tiempo, y ese tiempo debe estar lleno de esperanzas y vacío de presiones.
Muchos problemas son sólo sombras que generalmente desaparecen si se tiene paciencia.
Aquellos que realmente aman aprendieron a enfrentar los tiempos difíciles con alegría.
El premio más grande de la paciencia es el amor duradero.
© Autor: Leo Buscaglia
Despertador
El knocker-up usaba una vara o palo corto para golpear en la puerta de las viviendas de sus clientes, o largo, generalmente hecho de bambú, para alcanzar ventanas o pisos altos. Algunos utilizaban una cerbatana. El pago era semanal, y el knocker-up no se retiraba de la vivienda sin estar seguro de que su cliente se había despertado.
Había grandes cantidades de personas haciendo este trabajo, especialmente en las grandes ciudades industriales como Manchester. Generalmente era realizado por hombres y mujeres ancianos, pero a veces los oficiales de policía se ganaban algún dinero extra realizando este trabajo durante sus rondas de madrugada.
Mary Smith y su hija Molly Moore utilizaban un tubo de goma que hacía de cerbatana mientras lanzando guisantes secos a las ventanas de sus clientes del East End de Londres. Se les pagaba unos céntimos por este trabajo y no dejaban una ventana hasta estar seguras de que su cliente había despertado. La hija de Mary Smith, Molly, se cree que fue la última Knocker-up de Inglaterra.
(Fotografía de John Topham, 1931, del libro de Philip Davies Lost London: 1870 – 1945)
miércoles, 19 de marzo de 2014
Lo importante
Lo importante no es lo que han hecho de nosotros, sino lo que hacemos con lo que han hecho de nosotros
Sartre
martes, 18 de marzo de 2014
Límites
Que el amor a veces necesita límites es obvio para la mayoría de los profesionales de la salud mental. Los terapeutas sabemos que el afecto interpersonal de pareja puede resultar altamente nocivo si la entrega es incondicional y el “ser para uno” se convierte de manera excluyente en un “ser para el otro” (Simone de Beauvoir) No importa la explicación subyacente: la autodestrucción del yo, es patología. Porque es claro que cualquier tipo de altruismo puede llevarse a cabo sin negar el self, sin ser indigno y sin negociar con los principios. Insito: no importa qué digan los adictos al romanticismo, el amor no lo justifica todo y tampoco es necesariamente un motivo obligado de realización personal. Por ejemplo, la soltería o la soledad afectiva son una elección tan válida como cualquier otra.
No estoy en contra del amor en general, eso sería estúpido, porque tal como sostienen las nuevas teorías de la evolución, el amor al prójimo y a los hijos cumple una función adaptativa para la especie. A lo que me refiero es el amor irracional, el que se mantiene testarudamente cuando no somos correspondidos, cuando vemos bloqueada la autorrealización personal y/o cuando se violan nuestros códigos morales.
Existe una dimensión ética del amor que se cruza con la autoestima y nos obliga a pensar el amor que sentimos, a revisar la relación y a preguntarnos si el sufrimiento realmente tiene algún motivo razonable.
Ponerle límites al amor no significa ponerle límites al sentimiento, sino al acto compulsivo de seguir aferrado a un vínculo cuyo costo es la integridad física o psicológica.
Nadie puede “decidir” sobre el enamoramiento y la química de la atracción (o quizás muy pocos), la voluntad a la cual apelo no es “dejar de sentir” sino “dejar de estar” donde se nos lastima, así nos duela, así pensemos que la vida se acaba.
El amor no solamente es emoción, también es Philia (amistad) y Ágape (compasión). El amor no sólo se siente, también se piensa y también se asume en el dolor ajeno, por eso siempre hay un espacio para la razón en el intercambio amoroso.
Con el amor pasional no basta. Se necesita un amor que además de murciélagos en el estómago, sea justo, ético y digno, porque el amor sentimental, per se, no conlleva estas virtudes.
Eros es concupiscente, el que manda es el apetito, la dosis diaria o semanal. Quizás el amor universal o un amor tipo Madre Teresa sigan otro curso, pero para los que no somos santos ni iluminados, el amor de pareja es un acto crudamente humano.
Alguien podría decir que si hay explotación, maltrato o indiferencia no estaríamos ante un “amor verdadero”. Yo cambiaría la palabra “verdadero” por “saludable”, más bien estaríamos frente a un amor enfermizo, contrahecho, incompleto o desbordado.
Un amor que no se acopla a las definiciones idealizadas, a los conceptos espirituales tradicionales o las exigencia poéticas, y que sin embargo se hace manifiesto en la vida cotidiana. Por eso la sabiduría afectiva debe ser práctica y concreta: evaluar si la relación en la que estamos (amor incluído), desde el punto de vista psicológico, nos libera o esclaviza.
La afirmación: “Te amo, pero te dejo”, es una mezcla entre liberación y realismo afectivo.
Walter Riso
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