El knocker-up usaba una vara o palo corto para golpear en la puerta de las viviendas de sus clientes, o largo, generalmente hecho de bambú, para alcanzar ventanas o pisos altos. Algunos utilizaban una cerbatana. El pago era semanal, y el knocker-up no se retiraba de la vivienda sin estar seguro de que su cliente se había despertado.
Había grandes cantidades de personas haciendo este trabajo, especialmente en las grandes ciudades industriales como Manchester. Generalmente era realizado por hombres y mujeres ancianos, pero a veces los oficiales de policía se ganaban algún dinero extra realizando este trabajo durante sus rondas de madrugada.
Mary Smith y su hija Molly Moore utilizaban un tubo de goma que hacía de cerbatana mientras lanzando guisantes secos a las ventanas de sus clientes del East End de Londres. Se les pagaba unos céntimos por este trabajo y no dejaban una ventana hasta estar seguras de que su cliente había despertado. La hija de Mary Smith, Molly, se cree que fue la última Knocker-up de Inglaterra.
(Fotografía de John Topham, 1931, del libro de Philip Davies Lost London: 1870 – 1945)
Vaya historia más curiosa, no había oído hablar de ella !
ResponderEliminarUn besito
Anda que curioso!! Y yo me quejo de mi clasico ring-ring :-)
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