domingo, 9 de marzo de 2014

Mi querido amigo



Mi querido amigo:

Otra vez herido, otra vez sufriendo. ¡Ay, Señor! Tantos años juntos y sigues sin hacerme caso. Tú siempre tan ingenuo, tan loco, tan impulsivo y tan sensible.

¿Cuándo aprenderás a pensar, a razonar? ¿Cuándo pensarás las cosas no dos veces, sino una tan solo antes de actuar? ¿Alguna vez olvidarás tus impulsos y me harás caso?

Ay, mi loco amigo, tan iluso, tan lleno de sueños y de decepciones, eterno alumno de la vida que nunca termina de aprender. Si tú quieres yo te enseño a ver las cosas de otra manera. Si lo deseas, ven a mi y cuéntame antes de dar uno más de esos pasos que das a ciegas guiado tan solo por eso que yo no comprendo y que tú llamas sentimientos.

No sabes, mi querido amigo, cómo me molesta verte volver herido, cómo me altera que cierres tus oídos a mis consejos, como me fastidia que tropieces una y otra vez en las mismas piedras. Jamás me has hecho caso, sé que jamás me lo harás, y se también que volverás a creer en cualquiera, y que olvidarás los engaños, y que otra vez perdonarás y que seguirás eternamente desoyendo mis consejos.

Ay, mi querido amigo, ¿Cuándo aprenderás a razonar en vez de intuir? ¿ Cuándo pensarás en lugar de sentir? Que difícil es compartir el mismo cuerpo y el mismo ser siendo ambos tan diferentes, que difícil entendernos, llamándote tú corazón y yo cerebro.


Desconocido

6 comentarios:

  1. Pero es cierto que el cerebro también ayuda al corazón, cuando está herido le inyecta su memoria selectiva y va menguando y sanando poco a poco, es imposible que el corazón deje de ser impulsivo y se entregue.
    Un abrazo.

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  2. Sería una pena que el corazón pensará de forma racional. Perdonar no es racional y amar tampoco.

    Aún así ambos conforman una extraña pareja que se complementa a su manera :)

    besitos!!

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  3. Que bueno!!!

    Es un diálogo que se da cada día en quién es capaz de escucharse...

    Besos desde el corazón

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