Ninguna vida, ningún instante de ninguna vida, podría mantener las promesas con las que hacía latir mi crédulo corazón. Simone de Beauvoir Autor imagen: Charles Wysocki
Cuando se trata del corazón la misma piedra que nos hace tropezar volverá a cruzarse en nuestro camino, el corazón se puede volver arisco hasta que llega alguien que nos hace creer otra vez. Un abrazo.
Cuando se trata del corazón la misma piedra que nos hace tropezar volverá a cruzarse en nuestro camino, el corazón se puede volver arisco hasta que llega alguien que nos hace creer otra vez.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sí, Amy, puede suceder como dices, y de hecho pasa muchas veces.
EliminarUn beso muy grande.
Bueno ese párrafo de Beauvoir, mejor esa imagen de un anaqueles mágicos e infestados de gatos durmientes...
ResponderEliminarBesos!
A mí también me gusta mucho la imagen de los gatos :)
EliminarMontón de besos, José
Ese musculo tonto que no escucha y acaba arañado como gato tras una pelea.
ResponderEliminarAbrazos.
Me gusta como lo dices, Aurora :)
EliminarMuchos besos.