domingo, 15 de diciembre de 2013

Dulce furia


Qué fulgor derramado esta luna de cera,
qué imparable este río
de mis venas abiertas
vertiéndose incesante en tu mar sin orillas.

Qué raudal de agonía
desatinada y plena,
de mi boca a tu boca,
de tu mar a mi arena.

Qué deslumbrante herida,
qué llama inapagada,
qué dulce y ardua furia de cuerpos anudados,
qué tierna la derrota después de la batalla...

Isbel Rodriguez Baquero

No hay comentarios:

Publicar un comentario