no sólo los lechos en que te acostaste,
sino también aquellos deseos que por ti
brillaban en los ojos manifiestamente,
y temblaban en la voz -y algún
obstáculo casual los hizo vanos.
Ahora que todo ya está en el pasado,
parece casi como si a los deseos
aquellos te hubieses entregado -cómo brillaban,
recuerda, en los ojos que te miraban;
cómo temblaban en la voz, por ti, recuerda, cuerpo.
Cavafis
Buen recordatorio el que propone Cavafis... :)
ResponderEliminarY buen lugar este que has creado, parece un jardín (y tal vez no solo lo parezca), un jardín lleno de flores sabias.
Así pues, volveré a visitar tu jardín :)
Un abrazo.
Hola Ximo, Tengo 4 blogs. En este pongo cosas de otros que me gustan, lo acabo de crear :)
ResponderEliminarMuchas gracias por pasar...Me ha hexho ilusión. Un beso grande.